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viernes, 26 de septiembre de 2014

YVIR Y FELHIR

YVIR Y FELHIR

Los ecos de este viejo lugar siguen presente
en el poder inmortal de los bardos
que describieron su historia,
donde comenzaron a fusionarse
los castillos con las rocas
para alojar el musgo que habita en sus muros,
y entre susurros de viejas victorias y derrotas,
cuentan que las hadas de la noche
visitaron esta morada, sobre la que hoy,
sólo existen ruinas y cenizas de un pasado.
Cuentan que cantaban en su cielo
los hechos de un amor imposible,
cuentan que contaban en la tierra
este cuento a los niños antes de dormir,
para que creyeran que lo imposible,
a veces, es posible.
Y así, comienza la historia de Yvir y Felhir,
Él era un noble soñador de ilusiones
que forjaba fantasías a golpe de esperanzas,
ella poseía la capacidad intrépida y curiosa
de alejarse de su mundo y adentrarse en el nuestro,
hasta que una noche pudo sentir
como una tristeza ajena se convertía en propia.
Ella jamás había conocido este sentimiento,
y se acercó al balcón de Felhir,
para descubrir qué pasaba...
Felhir acababa de perder a su padre,
en una de tantas guerras inútiles y absurdas
que únicamente sirven para que otros venguen
el daño sufrido...
cuando se sintió observado, y al mirar hacia fuera
descubrió a Yvir...
quedó mudo ante los ojos con la mirada más limpia
que había visto en su vida, y cuando consiguió reaccionar,
era tarde, pues Yvir se desvaneció de su balcón y de la noche,
pero no de sus sueños...
Aquella noche fue especial para ambos,
los dos conocieron algo que les marcaría para siempre.
Durante noches Felhir esperó en su balcón
que volviera, pero no tuvo éxito.
Yvir, por su parte, quedó marcada con ese invisible
tatuaje dibujado en el alma que la haría
pensar en Felhir a cada instante.
Una noche Yvir regresó mientras Felhir dormía,
para volver a ver al mortal que tantas veces
había ocupado sus pensamientos,
y Felhir despertó de su realidad
para vivir el mejor de sus sueños.
Comenzaron a hablar y a conocerse
mientras el tiempo devoraba las horas
con la misma rapidez con la que agua
fluía en los arroyos.
Yvir regresaba cada noche a la misma hora
para encontrarse con Felhir en su real mundo soñado,
donde comenzaron a amarse...
donde la mortalidad y la inmortalidad
eran sólo presente...
Sin darse cuenta que el tiempo corría en contra de Felhir,
que iba envejeciendo mientras Yvir
continuaba tan especialmente bella como el primer día,
hasta que un día Felhir comenzó a sentir
el frio aliento de los años en su piel,
y su corazón dejó de latir.
Yvir  volvío a experimentar la tristeza,
ese sentimiento ajeno que se convirtió en propio,
estaban unidos y separados por la tristeza,
pero Yvir no aceptaba la muerte de Felhir...
Cuentan que cada noche Yvir vuelve a este balcón,
para encontrarse con el alma de Felhir,
para continuar amándose aunque los separe la carne,
en este mundo soñado de realidades,
donde los dos amantes construyeron una historia real
que recordar en un sueño.
Y así, concluyen los bardos la historia de Yvir y Felhir,
contando este cuento en la tierra,
mientras las estrellas cantan con su sordo silencio,
para consolar a la bella Yvir.



Autor: José Sánchez Llamas.

1 comentario:

  1. Éste es el primer cuento que escribo, y me gustaría saber vuestra opinión, tanto si es buena como si no lo es. Un saludo y, por favor, animaos a comentar :)

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