UN AMOR DELIRANTEMENTE DEMENTE
Sufro un amor
delirantemente demente,
sin más narcótico
para mi cuerpo que el tuyo
y como el resonante
eco de una mente herida,
tus caricias brotaron
como el elegante y silencioso
vuelo de unas
mariposas danzando sobre esta piel
afligida. Quizás, por
eso te guardo en esta memoria
perturbada, donde los
cuerdos viven soñando
y los locos soñamos
viviendo.
Autor: José Sánchez Llamas.
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