A LA MEMORIA DE UN AMOR
Sobre el reglón de un
horizonte en silencio
tatué palabras que se
alejaron con la brisa
para buscarla como el
mensaje más desesperado
del hombre que todavía
la ama, que todavía tiembla
si prisionera queda
la risa contenida entre sus labios,
más si por azar
replica su voz en mis oídos, mi mundo
se desmaya, como las
flores que a su paso quedan
eclipsadas en belleza,
color y alegría, y en la melodía
más tenue de la noche
más cerrada, sus ojos
se convierten en las
estrellas más radiantes
de mi madrugada.
Así, le dediqué la
gloria de mis versos fugitivos
a la memoria de un
amor que no se da por vencido.
Autor: José Sánchez Llamas.
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