AGONÍA COTIDIANA
Me aferré a su mano
como un instante
de paz a la razón de
todas mis guerras
en las que seguía
combatiendo por ella
y quise guardar para
siempre el frágil tacto
de mi piel a su
contacto, como un abrazo
que mece la dolorosa
agonía cotidiana
de no tenerla, aunque
la siga sintiendo conmigo.
Autor: José Sánchez Llamas.
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