CARTA A LA DERIVA
He querido borrar de
la tormenta de mis manos
el ocaso de nuestro amor,
queriendo eliminar
todas las mentiras
que tu piel dibujó en la mía,
dejándolas caer como
hojas de un otoño marchito.
Todos los días posteriores
a ti siguen abriendo
esa cicatriz, mostrando
esta herida que hoy te sangra tinta,
otras veces silencio
y furia mientras finjo indiferencia,
a sabiendas de que fui
ese cenicero de tu vida
donde solías apagar
cualquier pasión
para después
desvanecerte como el humo
de nuestra última
llama.
Ahora, sólo soy
alguien que escupe palabras
para despedirse de un
papel y, sé
que lo hago
demasiadas veces,
pero es la única forma
digna que conozco
de alejarte de mí.
Autor: José Sánchez Llamas.
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