UNA BRISA QUE, A PENAS, HABLA DE TI
Prometí la paz a las
hordas de mi guerra
que descasaban
impacientes en el devastado imperio,
de cenizas, carne y
fuego, que sostenía en vilo
la insomne vigilia
que velaba por ti
sin pensar en el
sueño,
sobre las ruinas
moradas por las bestias
de mi locura infame.
Prometí, a ratos,
derrocar los relatos
que como heraldos
fastuosos
anunciaban mi derrota
aplastando
bajo sus pies los
últimos restos de una copa rota.
Prometí quererte
tanto que te perdí
en el sentir nómada
del viento,
y sólo dejaste una
brisa que,
a penas, habla de ti.
Prometí quererte tanto que te perdí
ResponderEliminaren el sentir nómada del viento,
y sólo dejaste una brisa que,
a penas, habla de ti.