MUDO TESTIGO
Sólo me quedan
palabras de la tierra
que una vez pronuncié
en tu cielo,
acariciando
tiernamente el mar mientras
yo, era la brisa que
jugaba a enredarse con tu pelo,
en una tarde de
tantas, en un paseo de tantos
en los que buscabas
estar contigo a solas,
sin saber que era un
mudo testigo
del silencio que
tanto decía en tu rostro.
Autor: José Sánchez Llamas.
yo, era la brisa que jugaba a enredarse con tu pelo,
ResponderEliminaren una tarde de tantas, en un paseo de tantos
en los que buscabas estar contigo a solas,
sin saber que era un mudo testigo
del silencio que tanto decía en tu rostro.