LA MORALEJA DE UNA LÁGRIMA
Encontré una lágrima
que vagaba deambulando
sumida en su tristeza
desconsolada.
Quise detenerme, por
un instante, a consolarla,
a evitar que me
visitaran más lágrimas…
sólo quería mecer su
pena
con palabras de
aliento y consuelo,
animar, en cierto
modo, la afligida esperanza
de su tránsito lento por
la calle melancolía,
pero yo no era
sincero ni ella discreta…
únicamente conseguí
empeorar
aquella situación,
trágicamente desesperada, y elegí
llorarte a gritos
antes que seguir extrañándote en silencio.
Autor: José Sánchez Llamas.
Encontré una lágrima que vagaba deambulando
ResponderEliminarsumida en su tristeza desconsolada.