PAPEL CON VOZ DE TINTA
Sólo pude sostener su
mano mientras se despedía,
dejando que mi
silencio hablara por mí,
que mi llanto callado
ahogase las palabras
que siempre quise
decir y nunca pude.
Sólo pude hablar un
tiempo después,
y a escondidas, confesaba mis sentimientos
a un papel al que
ponía voz la tinta
de unos versos que
sus ojos nunca verían.
Aquel papel se
convirtió en el testigo mudo más sincero
Aquel papel se convirtió en el testigo mudo más sincero
ResponderEliminarque jamás acompañó mi dolor.