LA NOCHE DE LOS GIGANTES
Uno nunca puede
llegar a conocer el tacto de su sombra.
Únicamente podemos
conformarnos con conocer
el de la superficie
donde se muestra proyectada.
Nuestro beso bajo
aquella farola se convirtió
en el de dos gigantes
difuminados que se pierden
entre luces y
sombras...
Tal vez, seamos dos
sombras que se encontraron
una noche, y unieron
su oscuridad para fundirse en un beso
y hacer aquella noche
todavía más nuestra.
A veces, sueño que
mientras duermo mi sombra
va al encuentro de la
tuya y reviven aquel momento...
Se besan para
acoplarse y formar un único ser
que derrocha sonrisas
invisibles, y danza contigo
en la oscuridad de la
noche al compás de la luna.
Autor: José Sánchez Llamas.
Tal vez, seamos dos sombras que se encontraron
ResponderEliminaruna noche y unieron su oscuridad para fundirse en un beso
y hacer aquella noche todavía más nuestra.