MIRADA PERDIDA
Otro día más que nos volvemos a cruzar,
otro día más que
evitamos mirarnos por miedo,
o simplemente, por no
hacernos más daño del ya causado.
Pero sin embargo, he
de reconocer que intenté mirarte...
en el silencio de la
estruendosa multitud de esta calle
mi mirada buscó la
tuya,
y la decepción inundó
mi cuerpo al ver que tus ojos
evitaron
reencontrarse con los míos.
Hubo un tiempo en el que
tus ojos me parecían el espejo más precioso
en el poder verme mientras
te arrancaba una sonrisa.
Hubo un tiempo en el
que me quedaba inmóvil frente ti
y sólo era tu mirada
la única capaz de dejarme sin palabras...
y en la quietud de
ese momento podía sentir cuanto te amaba...
Hoy he vuelto a
quedarme quieto al verte...
mis ojos intentaron
saludarte y decirte
cuanto te extrañan...
En ese instante de quietud mi corazón volvió a
recordarte,
volvieron a aparecer
esas tímidas ganas de hablarte.
Despertaste con tu
presencia ese sentimiento que perdí
cuando te fuiste, y
por eso,
mis ojos te llamaron,
pero los tuyos, no los escucharon.
Y así fue como tu
mirada se perdió esta tarde
en un horizonte tan
lejano como infinito,
y yo me lamenté otra
vez por haber perdido esa mirada.
Autor: José Sánchez Llamas.
Hubo un tiempo en el que me quedaba inmóvil frente ti y sólo era tu mirada la única capaz de dejarme sin palabras...
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