FUEGO DESNUDO
Ven para ser el fuego
de mi cuerpo,
el calor de mi sangre.
Ven para ser hoguera
de invierno,
para desnudarte de
las llamas y seguir dando calor siendo las brasas,
para que una vez
hayas ardido sigas siendo ceniza de nuestra pasión.
Hoy quiero amarte,
estremecerme con tus besos,
quiero que tu cuerpo
sea el descanso del guerrero,
porque extraño tu ferviente aliento en mi nuca
como ese tibio
escalofrío en una mañana de invierno.
Sé que vendrás porque
he recogido todos los besos que te debo
y un día guardé en un
cajón olvidado en el tiempo.
Sé que hallarás mi
paz al verme derrotado ante ti y serás mi tregua.
Hoy olvidaremos la
metafísica de nuestros besos y nos centraremos
en hechos que sí
podamos demostrar,
porque tú y yo hoy
seremos verdadera ciencia...
vivamos en las
caricias de nuestras manos,
en su desnudez y el
sentido de su tacto en nuestros cuerpos
renegados de la fe de amores pasajeros.
Hoy nuestro viaje en
la vida ha vuelto a cruzar nuestros caminos,
y hay dos bifurcaciones:
una que te lleva a mí y otra que me lleva a ti,
pero siempre podemos
salirnos del camino y elegir otras rutas
porque somos dueños
de nuestro destino,
pero sé que mi futuro
está en tu piel
porque sé que hoy
vendrás y jamás te volverás a marchar.
Autor: José Sánchez Llamas.
Una gran verdad: donde hubo fuego siempre quedan cenizas.
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