CUARTO DE HIELO
He suplicado al frío
viento por tu labios
y mi aliento se
congeló antes de salir de mi boca
dejando en el
ambiente palabras mudas flotando sobre el silencio.
Ahora estas cuatro
paredes blancas son mi templo de hielo,
mi prisión
sentenciada de ausencia,
donde contemplo como
huye de mí el cálido vaho de tus labios,
donde yace colgado mi
disfraz de pendenciero en el escalofrío de mi alma...
donde tus fotos son
la peor tortura para mis ojos....
Hoy me encantaría
romper este iceberg de mutismo
y reencontrarme con
tu frágil silueta en mi realidad
para poder acariciar
de nuevo tus sonrosadas mejillas,
para poder abrazar tu
cuerpo y volver a sentir tu aroma cerca de mí
y tu tacto entre
estos brazos que imploran tu regreso.
Hoy quiero salir de
este cuarto de hielo
para alejarme de este
adiós...
para encontrarte de
nuevo en mi vida y alejarte de mi ausencia,
para volver a verte e
intentar reconquistarte.
Autor: José Sánchez Llamas.
A veces nuestro cuarto se convierte en una gran prisión de hielo.
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