QUID PRO QUO
Seré realista y no te
pediré imposibles...
La luna sólo puedo
alcanzarla a través de mis sueños,
El universo está
demasiado lejos para rozarlo con los dedos.
Pero puedo admirar su
inmensidad en tu mirada cada día.
No te pediré utopías
a cambio de promesas...
sin embargo te
entrego realidades por cada una de tus
miradas.
Me niego a perseguir
siluetas de algo que no puedo tocar.
Hoy te ofrezco hechos
imposibles de negar a cambio de verdades:
una sonrisa tierna
cada vez que escucho tu nombre,
un deseo incorregible
de abrazarte cuando siento que me necesitas,
un suspiro impotente
cuando estoy lejos y te extraño...
te cambio una vida
entregada por una dependencia de ti,
te ofrezco un corazón
a cambio de una sonrisa.
Te entrego mis manos
para secar tus lágrimas cuando estés triste...
para llenarte de
caricias y hacerte cosquillas a cambio de ese brillo en tus ojos.
Porque hoy mi deseo
se transformará en pasión, y mi pasión
será realidad, porque
mi deseo y mi pasión es vivir por ti...
por eso te ofrezco
cambiar mi soledad por tu compañía.
Autor: José Sánchez Llamas.
Esta expresión significa lo mismo que decir una cosa por otra. Según Bastús, en La Sabiduría de las Naciones, se trata de una expresión latina que ha pasado a formar parte de nuestro idioma. Está compuesta por el pronombre qui, la preposición pro y el ablativo quo.
ResponderEliminarBastús (pág. 118) explica lo siguiente: "Atribúyese el origen de esta expresión a una receta de un médico ignorante o distraído, en la que pidió un qui por un quo, y dio lugar con esta equivocación al envenenamiento del enfermo; o bien a la ignorancia de un farmacéutico que, al despachar la receta, tomara un qui por un quo, y causara la misma desgracia. De aquí vino el dicho proverbial, que aún se usa: Dios te libre de quids proquods de boticarios y de etcéteras de notarios".