NÓMADAS EN UN PAPEL
Cometí el pecado de amarte
en unos versos
con tu mirada como
único testigo…
y tu boca probó a
reproducir mi voz en silencio,
mientras el cálido
valor de mis palabras
abrazaba tu piel con
la sensibilidad
de una caricia que se
siente en el alma.
Ambos, huimos de la
soledad,
como furtivos de un
imperio desolado
por la rutina, aunque,
quizás, seamos
nómadas que se encuentran, frente a frente,
en este instante, desde la distancia de un papel.
PINCEL Y PAPEL
Cincelando una nueva
aventura sin mas tinta
en este pincel y
papel que la nostalgia,
me dispuse a
recordarte ebrio de tristeza,
bebiendo de aquel
charquito donde se guardan
las lágrimas del alma
y lancé un incontenible
suspiro desesperado
que solo pudo escuchar
la más oscura de
todas mis noches.
Desde la soledad de
un autor y su obra, grité
a las estrellas que
dibujaban tu nombre
en el paraíso de mi
locura, para evocarte
en cada partitura cobarde
que susurra
la desolación a este pisapapeles
de piel marchita
que todavía se aferra
a ti, con la perfecta excusa
nombrarte su musa en
cada verso que palpita
el ritmo descompasado
de su melancolía.
Autor: José Sánchez Llamas.
ADALID DE CUALQUIER BATALLA
Quise volver a sentir
la delicada suavidad de sus manos
siguiendo la deriva
de mi piel, en una eterna caricia
que pudiera sentirse
hasta el alma, marcando a su paso
una estela de
silencio en memoria de todo el tiempo
que perdimos, y sin
más lenguaje que el de nuestras miradas
quise inmortalizar su
rostro sonriendo para poder recordarla,
siempre, y
convertirla en el adalid de cualquier batalla
que el olvido me
plantease.
Autor: José Sánchez Llamas.
ESPIRAL CROMÁTICA
Le pedí a la tristeza
que no volviera a oscurecer mi puerta,
mientras tiritaba la
voz en los versos de este titiritero
de palabras que
esculpe en tinta los silencios de su alma,
y como un trilero de emociones
llegó el sueño para arropar
la certidumbre de
cualquier inquietud. Tras jugar a la
ruleta rusa con todas
mis quimeras, desperté, desafiando
al tiempo y su
legado, a la noche y sus pesadillas,
a la soledad y su
enorme vacío. Desperté, sediento
de recuerdos y con insaciables
ganas de ti… y perdí,
como te perdí en
tantos metaversos.
Después de todo, la
vida es una espiral cromática
de días en los que al
final del mismo, solo tú,
decides que capa de
color le aplicas.
Autor: José Sánchez Llamas.
