TSUNAMI
Siempre me gustó el
mar, y desde la orilla
de mi playa disfruté
el vaivén de su oleaje,
pero conocerte me
demostró que, tú,
no eras como el resto
de olas
que se precipitaban con
su tímida
cadencia a acariciar la
arena.
Tú, serías el tsunami
que
arrollaría mi vida
dejando tras de ti
los restos de un
hombre roto
y enamorado de tu
locura.
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