SUSPICAZMENTE TERRIBLE
Tus manos patrullan por mi piel
dejando su estela sensitivamente sensible a sentirte,
sensualmente sublime, suspicazmente terrible,
como una despreocupada demente indolente
que se enfrenta a mi valiente voluntad de resistir,
lo suficiente, para parecer un digno rival que acompañe
cada sutil gesto que me entrega tu encanto,
desafiando cualquier barrida propia del instinto
que sucumbe siempre a la tentación
de mi cuerpo y tus caricias, de la piel y su contacto
delicado,
elegante y voraz, condenadamente dulce
que nutre mi vida de ti.
Autor: José Sánchez Llamas.
Tus manos patrullan por mi piel
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sensualmente sublime, suspicazmente terrible