EL ADIÓS DE MI ÚLTIMA JULIETA
Acabo de sacrificar
el último de mis besos
en los labios de otra
pasajera Julieta
por la que me
convertí en su Romeo
de una noche en la
que intentamos
amarnos saboreando
cada instante
que el instinto
entregaba a nuestros cuerpos.
Acabo de decir adiós
a mi última Julieta
con un beso kamikaze
que murió
en el filo de sus
labios, entregado
a la causa, material
y humana,
de encontrar deseo, a
cuenta gotas,
entre los caminos que
asalta la vida
ofreciendo a nuestra
piel
la sed de amar y ser
amados.
Autor: José Sánchez Llamas.
Acabo de sacrificar el último de mis besos
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por la que me convertí en su Romeo