A PECHO ABIERTO Y MAR DESCUBIERTO
Hoy, es de esos días
que me arrancaría
en jirones la piel la
no extrañarte tanto,
para no tener que
escribirte
a pecho abierto y mar
descubierto,
con unas heridas de
guerra que no sanan en la paz
de este exilio de tu
cuerpo, del que sigo sin noticias.
Quizás, esta carta se
pierda y se olvide como
tantas otras que mis
versos escribieron para tus ojos,
pero sé que llegará a
su destino con la esperanza
de cambie algo en ti
hacia mí para no seguir
con esta guerra de
silencio tan monótonamente cotidiano.
Podría gritar tu
nombre y dejar que manos lo dibujasen,
con trazo lento,
recreándose en cada detalle de cada letra,
mientras me vas
arrancando suspiros del alma
que brotan del pecho
para perderse en la soledad de este cuarto.
Por ti, me arranco el
pulso de mis manos
y lo cambio por
latidos que descifran el lenguaje
de mis entrañas, la
voluntad de mi ser,
mi razón de vida...
Porque amarte es el
corazón que palpita
aún estando muerto en
este destierro.
Autor: José Sánchez Llamas.
Por ti, me arranco el pulso de mis manos
ResponderEliminary lo cambio por latidos que descifran el lenguaje
de mis entrañas, la voluntad de mi ser,
mi razón de vida...