ENCUENTRO FORTUITO
Sumido en la cadencia del ritmo a paso ordinario
que marcaban tus
besos
me adentré en la
jungla de tu ropa
para sentir en mis
manos el tacto de tu piel desnuda,
y en la sensibilidad
de una caricia
pude percibir como
nos devoraba el deseo
con cada milímetro de
piel recorrida
en este delirio tan
real de la carne,
que se alimenta de tu
piel y la mía,
convirtiéndose en un transitorio
animal insaciable
que se alimenta de
nuestra incontinencia.
Todavía puedo ver en
tus ojos
los últimos restos de
aquella noche,
cuando éramos dos
inconscientes
con la conciencia
depravada,
y simplemente
buscábamos sexo,
sin nombres, sin
datos personales,
sin identidades concretas...
simplemente éramos tú
y yo,
los mismos que hoy
continúan evitándose.
Autor: José Sánchez Llamas.
Todavía puedo ver en tus ojos
ResponderEliminarlos últimos restos de aquella noche,
cuando éramos dos inconscientes
con la conciencia depravada,
y simplemente buscábamos sexo,
sin nombres, sin datos personales,
sin identidades concretas...
simplemente éramos tú y yo,
los mismos que hoy continúan evitándose.