LA ASESINA PERFECTA
Te amé como la
primera caricia inocente de un tacto culpable,
como la sed de unos
labios que naufragan en tu boca
y desfallecen en la
orilla de un beso, dejando tras de sí
el miedo cobarde a
sentir.
Así, comencé a vivir
y morir por alguien.
Alguien que es la
asesina perfecta,
sin pruebas de su
crimen y con mi corazón
entre sus manos.
Autor: José Sánchez Llamas.
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