CALAVERAS Y DIABLITOS
Cuando te alejaste,
mi corazón publicó
una esquela con tu
nombre,
en el epitafio de
aquella tumba...
sólo hubo silencio.
Cuando te alejaste,
mis labios se vistieron de luto
por el duelo de tu
boca,
en el velatorio de tu
adiós
abandoné las
plañideras lágrimas
que no te quise
llorar.
Cuando te alejaste,
mi tacto perdió su sensibilidad
porque se negaba a acariciar
otra piel,
y mis sueños se
cubrieron de calaveras y diablitos
para hacer de cada
noche un día de difuntos.
Cuando te alejaste, y
sólo cuando te alejaste,
tuve que prender una
vela con ofrendas
a tu fantasma que me
dejaste.
Autor: José Sánchez Llamas.
Cuando te alejaste, y sólo cuando te alejaste,
ResponderEliminartuve que prender una vela con ofrendas
a tu fantasma que me dejaste.