EL TRAPECIO DE TUS BESOS
Asomado a tu balcón
del infinito
me quedé colgando del
trapecio de tus besos,
en su sutil balanceo
mis labios fueron besándote
una y otra vez...
mudo de palabras mis
suspiros fueron
acariciando tu
barbilla y descendiendo por tu cuello,
para alojarse en tu
nido de sensaciones,
y así, dinamitar tus
debilidades.
Ahora que eres frágil
ante mis caricias
es mi aliento el
acompañante de mis cálidos besos,
mientras cierras tus
ojos para entregarte a mis deseos
te dejas caer en el
éxtasis de los sentidos
que son los que
amortiguan las sensaciones de tu cuerpo
y provocan en ti la
sensación de sentirme.
Cobijado entre tu
carmín y tu perfume
voy vistiendo mi piel
y ropa de ti,
porque cuando esto termine
ésas serán las
cicatrices que avivarán el recuerdo
de esta pasión.
Hoy sólo fui un trapecista más que se jugaba la vida
en cada beso que te daba.
Hoy sólo fui un trapecista más que se jugaba la vida
en cada beso que te daba.
Autor: José Sánchez Llamas.
Sólo fui un trapecista más que se jugaba la vida en cada uno de los besos que daba.
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