PARTE MÉDICO
Unas veces, mis letras consiguen ser el ungüento
que se esconde bajo el apósito de un folio.
Otras, considero que soy el peor remedio
Para un paciente lector, que acude
a la parafarmacia de mis textos, buscando
una medicina alternativa...
Soy, un poeta de guardia para los versos urgentes,
que desgarran el alma con su herida emocional,
y en la voz pongo el grito de un suspiro que se mece
entre las palabras de cada latido.
Siendo sincero, a nivel de sanidad, mi salud mental
tiene huellas de batallas perdidas, pero sigue luchando
por no caer en el matiz de cada cicatriz, y aunque
pongo tiritas para taponar la tristeza, ésta, a veces,
se derrama invadiendo el organismo de la inspiración
como un virus que termina contagiando al relato.
Para mí, escribir no es una pomada contra el sufrimiento
porque, al igual que tú, enfermo de vivir, y la vida es
una enfermedad dolorosa por momentos, pero, también,
es un bálsamo para la felicidad estable, cuando capturas
momentos por los que merece la pena seguir aquí.
Mi diagnóstico para este cuadro clínico se ha basado
en el análisis sintomático de los niveles externo e interno,
y aunque el externo aparentemente está bien, he de reconocer
que el nivel interno está en estado grave y me reservaré
realizar un pronóstico reservado del caso.
La mejor receta en estos momentos es continuar el tratamiento
diario de vivir, intentando que el sujeto adquiera una mejor calidad
de vida aprendiendo a valorar lo positivo de la misma. Porque ésta
es un regalo.
Por tanto, queda pendiente de revisión para nuestra próxima cita
en el siguiente texto, en la fecha fijada por el autor y a la hora
en la que usted tenga el honor de concederle un trocito de su
valioso tiempo para volver a encontrarnos.
Autor: José Sánchez Llamas.