LABERINTO DE MADRUGADAS
Mi insomnio
deambulaba en un laberinto
de madrugadas, intentando
alcanzar
el más prohibido de
todos los sueños.
Bajo una traición de
estrellas y ante un
atentado de locura,
sufrí la tentativa
de sentir el delicado
abrazo de tu piel,
acunando el
apasionado desvelo
del hombre al robaste
el sueño.
Autor: José Sánchez Llamas.