INOCENCIA SUICIDA
Eres una víctima más
de esa inocencia suicida
que nos arroja a
entregarnos al deseo de una caricia,
y a sentir el tacto
de la piel ajena
que suspira sobre
nuestras bocas suplicando un beso.
Ése inconfundible
signo de fragilidad propia
que tanto ocultamos y
defendemos del mundo,
encerrado en una
prisión que bombea
toda la presión de
nuestros cuerpos
entre latidos de
existencia,
y nos convierte en
mártires culpables de lo carnal,
de ese instinto
innato por entregarnos
a los caprichos de un
corazón apasionado.
Ésa es la mayor de nuestras
debilidades y,
yo, también soy
vulnerable ante ti.
AUtor: José Sánchez Llamas.
Ésa es la mayor de nuestras debilidades y,
ResponderEliminaryo, también soy vulnerable ante ti.