FUEGO Y VIENTO
A veces, se me olvida
que fuimos fuego y viento,
que avivabas el calor
de mis pasos
desde la distancia,
segura e invisible, de tu esencia.
Se me olvida, que
también eras capaz de apagar mis llamas
con el poder más más
absolutamente rotundo
que te que te ofrecía
mi parte más débil,
aquella que dominaba
el tatuaje de tu nombre
en la voz de mi
silencio, la noble causa justa
de todas mis batallas…
Se me olvida, cuánto
te sigo amando
mientras me dejo
llevar por lo que ahora te escribo
desde la abrupta
tempestad de este soliloquio
sepultado en un papel
y marcado
con la vieja tinta
enlutada de un corazón viudo.
Se me olvidan tantas
cosas…
Tu piel es un recuerdo
de evanescencia inconsistente,
un archivo que mi
memoria se niega a formatear
y que se resigna a
estar desactualizado
en la rutina temporal
de mi realidad más crítica.
A veces, se me olvida
tanto…
Que debo escribir
para afrontar
la verdad de todos
mis demonios,
aquellos que enfrentaron
al hombre que soy,
y a aquel que fui
contigo.
Autor: José Sánchez Llamas.