UNA PLEGARIA DE ESPERA
La espera era la
plegaria de mi rutina
y el auxilio de mi
cuerpo al tuyo
en este vago tiempo
de horas desiertas
y apática monotonía.
Tu voz era un eco
lejano, casi olvidado,
que se perdía en una nube
de pasado
ocultando el sonoro
sol de tu risa callada,
bajo el influjo de
las palabras que no te dije,
que no hacía falta
decir para saber
cómo te sentía y
siento atrapada en mi pecho,
desgarrando la piel
en jirones de deseo,
intentando liberarte
de mi mayor secreto conocido
cuando tu recuerdo
golpea, sin piedad,
como un zarpazo
tácito y caprichoso
que sacude cada instantáneo
segundo cobarde
a mi valor para dar
una esperanza a mi ilusión,
aliento a mi soledad,
y una descarga al corazón
que sin ti se apaga.
Autor: José Sánchez Llamas.
La espera era la plegaria de mi rutina
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en este vago tiempo de horas desiertas
y apática monotonía.