PELIGROSAMENTE TÚ
El deseo es un
huésped invitado
que se asoma al
balcón de mis labios
para observar el
mundo de forma diferente.
Por eso, en cada beso,
te voy entregando
una pequeña dosis de
mi deseo,
para que tus labios
se contagien
de mi sana enfermedad
de amarte
con la febril pasión
de nuestro instante.
Así, dejo que mi piel
se convierta en una esclava
entregada a los
caprichos de tu tacto,
de tu forma de
abordarme, y mi forma de sentirte
y encontrarte en cada
caricia
que me recuerda
peligrosamente a ti.
Por eso, en cada beso, te voy entregando
ResponderEliminaruna pequeña dosis de mi deseo,
para que tus labios se contagien
de mi sana enfermedad de amarte
con la febril pasión de nuestro instante.