PÚBLICAMENTE PRIVADO
Públicamente nos dijimos
tanto
que otros
malinterpretaron en privado…
Cuando no quedaba
nada más que perder,
y tú eras el único
pecado por que podía condenarme
a amarte sin ánimo de
redención para el alma desnuda
que sueña con
suicidarse entre tus labios
y obtener una muerte
dulce al guerrero
que hoy muere por ti.
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