YA ES TARDE
Supongo que
ya es tarde para pedirte que vuelvas,
para decirte
que siento haber vomitado
toda ira en
las últimas palabras que te dije.
Ahora sólo
me queda silencio, y un apretar de dientes
por la rabia
de no volver a verte,
por esos
reproches que me hace mi alma
al cuerpo
culpable de perderte,
al hombre no
supo retener lo que tanto quiso,
pero ya no
queda tiempo de lamentarse con excusas,
de decirte
que, sin ti, mi alma se va desgastando
en la
cotidianidad de tu ausencia.
Sé que no
soy el mejor de los partidos,
pero me
encantaría una tregua en nuestra guerra,
un encuentro
en el que pactar las condiciones
de una
rendición desesperada,
como este
loco amor que me lleva a velarte
mientras te
escribe mi insomnio,
que me hace
expresar lo que sentía y pocas veces dije.
Quizás, ése
el mayor pecado de mi culpa,
Ahora, me
has hecho entender que el amor
es una
conquista continua de aquello que realmente anhelas,
que no hay
tiempo para relajarse porque lo puede absorber todo
la rutina, y
ésa es la causante del distanciamiento.
No te pido,
volver a beber los besos de tu boca,
ni busco
conmover una parte de ti para que vuelva
a
interesarse en mí, más sé que no lo merezco.
Lo cierto
es, que tú ahora estarás intentando rehacer tu vida
en otros
brazos que no son los míos.
Quizás,
hasta estén sirviéndote de almohada, mientras
yo he
descubierto que no quiero seguir sin ti, pero tal vez,
lo he
descubierto tarde.
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