TU PROPIO DIARIO
Te conocí,
cuando yo no era más que mi parte más triste,
aquella de
un lluvioso domingo gris que acariciaba mi alma
como las
gotas deslizándose por el cristal, meciendo mi dolor,
acunando
todo sufrimiento, en una pena cotidiana
que cargaba
sin esconder al universo
en el que
nos encontramos.
Un mundo de
palabras mudas en el papel
que sólo
escuchas con el sonido familiar de tu voz,
haciéndolas
más tuyas que mías, pues para mí,
dejaron de
existir cuando firmé su autoría
mientras
pensaba en el siguiente proyecto.
Sin embargo,
tú, seguiste ahí, esperando…
interpretando
aquello que no quise decir y dije
para
esconder un rasgo autobiográfico
aportando al
texto mi propia experiencia,
olvidando la
literalidad del mismo.
Quizás, te
haya contado mi día o,
tal vez,
esto no sea más que la entrada
de hoy a tu
propio diario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario