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viernes, 30 de junio de 2017

COSIENDO UNA PENA DE SAL A SU PIEL

COSIENDO UNA PENA DE SAL A SU PIEL

Las lágrimas bordaron su rostro con llanto,
cosiendo una pena de sal a su piel
que marcaría el adiós de nuestro romance,
mientras ella fue alejándome, cada noche,
más y más, de su ventana, dejando sin muros
que escalar a mi valiente voluntad de conquistarla.
Aquella vez, fue la última triste caricia
de sus ojos a mi mirada mientras la noche
iba arropando mi cuerpo con su sus oscuridad
para consolar el dolor de este Don sin Juan
y este Juan sin más Don que el de entregarse
aún cuando ha perdido.


Autor: José Sánchez Llamas.


1 comentario:

  1. Las lágrimas bordaron su rostro con llanto,
    cosiendo una pena de sal a su piel
    que marcaría el adiós de nuestro romance,
    mientras ella fue alejándome, cada noche,
    más y más, de su ventana, dejando sin muros
    que escalar a mi valiente voluntad de conquistarla.

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