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lunes, 21 de noviembre de 2016

PROMETEO

PROMETEO

El dolor es un amargo trabajo de campo practico
donde comienzan a sentirse las huellas de un anhelo,
y lanzas un grito directo al corazón de nadie
como una saeta perdida en mitad del cielo
buscando su objetivo, siempre errado.
Entonces, quedas sumido en ese proceso involutivo
de amar como el primer día, sin más remedio
que el abrazo desconocido de un abismo,
familiarmente cotidiano, que mece el calor de tus heridas
con tiempo para abstraer cada pensamiento,
para retener el vuelo de la última mariposa
que yace en tus entrañas...
Apartado del mundo buscas el consuelo
delirante de una fantasía para continuar sintiendo
la vida corriendo por tus venas, para seguir
luchando por sobrevivir a tanta ausencia,
y silenciar el tácito eco de las horas, y los días
que te devoran cada noche para revivirte,
a la mañana siguiente, como si de un Prometeo
se tratase...
Ése, fue el mayor de los pecados que te entregó
mi conciencia más devota...
Te entregué mi fuego, y ahora duermo sobre
las cenizas que desgarran mi mente con cada
recuerdo tuyo.


Autor: José Sánchez Llamas.



1 comentario:

  1. Te entregué mi fuego, y ahora duermo sobre
    las cenizas que desgarran mi mente con cada
    recuerdo tuyo.

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