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viernes, 11 de noviembre de 2016

A PESAR DE LOS AÑOS

A PESAR DE LOS AÑOS

¿Cuánto tiempo llevamos encontrándonos aquí?
En una página adornada con la tinta de mi sangre
que silencia mis labios y, sin embargo, habla por mí
para hablar de ti y conseguir esa conexión mágica
que hace imposible a tu mirada conectar
con el mundo que te rodea, y centrar tu atención
en mí... bueno, mejor dicho en nosotros,
en esa relación tan mágica como desconocida
que une a dos extraños familiarmente conocidos
cuando tus ojos traducen nuestro peculiar idioma.
¿cuántas veces esa voz de tu mirada te ha hecho soñar,
por un instante, construyendo esa escena que narro hablando por ti?
Quizás, intentes inventarme como te sueño, y vivas
prendada de una frase, por una historia o, tal vez,
por conocer qué escribí ese día.
A veces, es cierto que intento construir, mentalmente,
esa imagen tuya frente mí, representado por este folio,
y juego a adivinar los gestos de tu rostro
al llegar a algunas partes del texto.
Admito que, muchas veces, el escribir es, simplemente,
un pretexto para encontrarme contigo, y se convierte
en la mejor de las excusas posibles para conocer
tu reacción, o la ausencia de la misma, y eso me denota
ciertas nociones para encaminar futuros textos.
Quizás, deberías olvidar el anterior párrafo,
porque la realidad ambos sabemos que es otra...
Te escribo a ti y a tu ausencia en mitad de nuestro silencio
unidos, únicamente, por la fragilidad de un folio
que separa tu lado del mío, como una frontera
inexpugnable, a pesar de ser tan inconsistente,
pero sirve para hacerte saber lo que pienso
aunque, por desgracia, a este lado del folio
lleguen tan pocas noticias tuyas.
Sé que en alguna ocasión remota marcaste
tu lado con una lágrima, también sé que, otras veces,
tus labios acariciaron la voz de mis palabras con un beso
que no diste al papel aunque no te faltaran ganas
de marcar con tus labios la voz con la que me imaginas
al contarte todo eso. 
Sé que, por supuesto, otras veces, me has odiado
y tachado de loco al leerme, pero fue un pensamiento
pasajero, porque sigues aquí, después de mil historias,
después de mil inventos y fracasos de dudoso éxito,
pero la verdad, es que continúas aquí, conmigo,
a pesar del tiempo, y del eterno monólogo
que acabo de soltar... lo sé, a veces, soy muy pesado,
pero no lo suficiente para espantarte, ni ahuyentarte,
porque sigues aquí, atenta como siempre,
por si alguna vez me equivoco y tengo algo que corregir
por culpa de mis prisas para escribirte,
para encontrarme contigo, y que tus ojos se encuentren
con mis palabras, porque si, tú, no siguieras ahí,
el hecho de escribir no tendría ningún sentido.


Autor: José Sánchez Llamas.

3 comentarios:

  1. ¿Cuánto tiempo llevamos encontrándonos aquí?

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  2. Preciosas palabras. Precioso sentimiento.

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    Respuestas
    1. Muchísimas gracias por el comentario, y la paciencia con la lectura. Un saludo :)

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