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martes, 6 de septiembre de 2016

LA PRIMERA VEZ QUE NOS VIMOS DESNUDOS

LA PRIMERA VEZ QUE NOS VIMOS DESNUDOS

La primera vez que nos vimos desnudos
ella andaba nerviosa mientras, yo, sólo
podía contemplarla y contagiarme de sus nervios.
La primera vez que nos vimos desnudos
mi desnudez se entregó a la suya como si
ella fuese la deidad de un mágico sueño.
Quedé maravillado ante tal entrega sincera,
y mis oídos no podían dejar escapar el eco de su voz
palpitando, sintiendo, acariciando su sentimiento...
La primera vez... es de esas situaciones
que uno siempre recuerda de forma especial,
y yo lo hago con un cariño infinito porque, también,
era su primera vez...
Ella podía sentirme en una habitación completa
de sensaciones extrañas, acariciarme desde
la distancia de nuestras miradas y hacerme olvidar todo
con una cómplice sonrisa.
La primera vez que nos vimos desnudos
me supo a verdad, eternidad y libertad,
porque no quería que ese momento acabase,
porque intentaba memorizar cada gesto de su rostro
descubriendo todo lo que estábamos haciendo vestidos,
sincerándonos, frente a frente,
en mitad de un café repleto de gente.


Autor: José Sánchez Llamas.

1 comentario:

  1. La primera vez que nos vimos desnudos
    mi desnudez se entregó a la suya como si
    ella fuese la deidad de un mágico sueño.

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