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jueves, 5 de mayo de 2016

EL SABOR INOCENTE DE LA FIDELIDAD

EL SABOR INOCENTE DE LA FIDELIDAD

En su mirada podía divisar un firmamento
infinito de ilimitada pasión,
que se entregaba a los instintos innatos
de cada una de mis caricias,
mientras desnudaba su piel
acallando con besos sus palpitantes suspiros,
que me entregaba como voraces voces fugaces
que desgarraban mi deseo más latente.
Sus labios, todavía, tenían el sabor inocente
de la fidelidad, los míos rebosaban desengaño,
y pude corromper su alma
con mi tentación más perversa y depravada:
le ofrecí todo lo que soy,
y aceptó entregarse.



Autor: José Sánchez Llamas.

1 comentario:

  1. Sus labios, todavía, tenían el sabor inocente
    de la fidelidad, los míos rebosaban desengaño

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