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domingo, 11 de enero de 2015

AÚN HOY

AÚN HOY

Aún hoy, nuestros gemidos son el eco lejano
que nos dejó el deseo en su última visita de cortesía.
Aún hoy, sigo extrañando tus marcas
de carmín en mis labios, de tu boca en mi cuello,
de tus uñas en mi espalda...
Jamás he deseado a ninguna mujer como a ti,
jamás he acariciado a otra de la forma que te acariciaba,
ni mi entrepierna volvió a danzar al son de tus caderas 
la hipnotizante música que desprendía tu piel
en cada gota de sudor que pasaba de tu cuerpo al mío,
y de mi cuerpo al tuyo.
Fuimos esclavos de nuestras lenguas en cada beso,
presos de nuestros sentidos en cada caricia,
adoradores del tacto y sibaritas de gusto.
Fuimos dos obsesos fascinados de aquel instante maníaco
en el que nuestros cuerpos jugaron a ser adultos y libres
en una locura transitoria de nuestras ocultas y privadas fantasías.
Aún hoy, sigo avivando los últimos rescoldos de nuestro
antojo caprichoso ansioso de sentir de nuevo
la suavidad de tus manos, la dulzura de tu boca,
la calidez de tu piel...
Aún hoy, sigo aferrado al recuerdo de aquella noche
en la que paseamos juntos
por los laberintos erógenos de nuestro ser,
cómplices de cada gesto complaciente,
sirvientes y señores de nuestra pasión...
Fuimos profanando la tumba de cada tabú
desterrando lo correcto, y aventurándonos en lo incorrecto...
Jamás el sabor de unos labios me hizo delirar tanto
como para seguir buscándolos aún hoy.


Autor: José Sánchez Llamas.


1 comentario:

  1. Jamás el sabor de unos labios me hizo delirar tanto
    como para seguir buscándolos aún hoy.

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